lunes, 27 de noviembre de 2017

Nubes con mar

Salió el fin el sol,
Entre nubes rojizas sobre el mar.
A trompicones,
Como invitándome a soñar.

Con las hilachas del sueño de la noche.
Con los algodones rosas de rocío.
Con los destellos de sol a contramano.
Con la mirada de tu piel por todo abrigo.

El reloj persiguió al desayuno,
Los avatares del día fueron pasando,
Las gaviotas marinas se surmieron,
La tarde, entró de refilón entre mis manos.

Nuevas nubes tiñeron los tejados,
De sombras dibujando nuevas formas.
De palmeras, de peces, de serpientes,
De sirenas, de barcos y de caracolas.

La noche apuntaba a la tormenta.
Las nubes tapiaron los reflejos
De las estrellas dibujando nuevas formas
Que pudiera recrear en mis espejos


Inspirado en ALBA, de Emilio

Albada

9 comentarios:

  1. Al alba, con el despertar del día, con todo por hacer, una bella imagen despierta la imaginación.
    Un beso.

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  2. Es un tesoro no buscado lo de empezar el día con el espectáculo de una salida de sol así. Vuela la imaginación con amaneceres potentes.

    Un beso

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  4. ...y es en esa tarde que entra de refilón entre tus dedos, que quiero un día ver tus ojos, mientras espero morir menos.

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    1. ...morir menos, rayos esquivos, entre mis dedos, cuando las olas soplan, a un mar de anhelos.

      Los ojos jugando, al escondite, entre guijarros de un mar, que no se rinde.

      La tarde se esconde, bajos los pinos, de un oleaje bravo, de sal y olvido.

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    2. ...de sal y olvido está cuajada esta luna oscurecida.
      Hoy ya no deja que me soplen tus olas.
      Ya no pretende ser mi dueña.
      Hoy finge tener alma de harina.
      Como intuyendo que en mí no existirá un después.
      Hoy ella me ve rendido junto a tí, en algún lugar... donde solo el polvo y el viento es.

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  5. ...el viento gime irredento, tras las persianas,
    en las noches sin luna, que, de estraperlo, aguardan,
    cuajadas de sopa de letras, que alimenten madrugadas,

    El invierno sin mar engendra alas de musa sobre la espalda.
    Tras el silencio evocador, llegará un mar en calma.
    Y la luna escribirá versos, que van y vienen, sobre la playa

    Por un decir. Un saludo

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  6. Ese mar que gime de espaldas. Sin noche y sin luna.
    Mar sin agua, solo de espuma.
    Con la bravura de un cordero dormido y herido.
    Es el mismo que llama tu nombre con cuatro letras de fuego.
    Sobre mis cristales empañados de aliento, invierno... y bruma.

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    1. Precioso. Creo que podría ser el final del poema encadenado.

      Un placer y gracias. Un saludo afectuoso.

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