jueves, 26 de mayo de 2016

Juego de espejos

Elsuc López está en la flor de la vida. Bueno, no. Es un capullo cincuentón. Es un hombre fuerte, con sutil tonsura. Bueno, no. Es un gordo calvo. Se graduó en una prestigiosa universidad privada. Bueno, sí. Tardó 15 años en conseguirlo. Al acabar los estudios, lo llamaron de un conocido despacho de abogados. Bueno, no. Su papá era amigo de uno de los socios. Gracias a su brillante currículum, gana un sueldazo. Se compró una buena casa y un todoterreno. Bueno, no. Tuvo que firmar una hipoteca para poder pagar un pisito minúsculo y un modelo grande. Francés, no alemán. El despacho decidió reorientar su estrategia. Bueno, no. La clientela se redujo cuando lo de las tasas judiciales. La crisis acabó. Bueno, no. Llegaron nuevos abogados, casi todos en prácticas, y Elsuc los asesora con acierto. Bueno, no. En su código civil hay una postal de su ídolo Naranjito. Lo que no entiende es cómo una de las nuevas ha declinado las reiteradas invitaciones de un hombre ta n atractivo y exitoso como él. Ni una mísera copa le ha aceptado la regordeta esa, seguro que menopáusica, y perpetuamente malhumorada. Bueno, no. Es esa que gana todos los casos estrella, la de la portada del último Time.
Somnus Tuus

1 comentario:

  1. Me ha encantado esa dualidad entre lo que nos gustaría ser y lo que somos.

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