jueves, 12 de febrero de 2015

AL FINAL DEL CAMINO



Hay realidades que nos negamos a mirar de frente porque nos sobrecogen : la vejez, la enfermedad o la muerte, son temas que contemplamos de soslayo porque nos asoman a un abismo que nos espanta.

Si hoy viéramos una foto, de como seremos dentro de 40 años, no resistiríamos la impresión.

Tengo una tía muy anciana, cuando voy a verla la encuentro pérdida en una inmensa sala, ajena a todo, observando la pared con mirada perdida.

Ella que fue una mujer de rompe y rasga me sonríe como un bebé; sin reconocerme, sin reconocerse.

Casi todos los ancianos miran hacia una tele enorme. Una tele que unos no oyen, otros no ven y ninguno entiende.

Son como restos de naufragios varados en un mundo que ya no es el suyo, solos consigo mismos, solos con sus fantasmas, solos.



desasosegada

miércoles, 11 de febrero de 2015

El trueno cósmico

El muñeco cerró los ojos. Julito lo sacudió, pero no consiguió que los abriera. Comprendió que se trataba de un juego. Por eso cerró también los ojos. Su madre le sonrió. Iba a decirle algo, pero de pronto le llamó la atención lo que se veía por la ventana. Un enorme fogonazo la deslumbró. La inmediata explosión rompió todos los cristales.

Julito todavía resistió un rato más con los ojos cerrados. Cuando los abrió, le sorprendió encontrarse en un lugar extraño. El muñeco –lo que él creía un muñeco– le estaba sonriendo.

Juan Pedro Ortega Sánchez