jueves, 20 de noviembre de 2014

De amores y otras zarandajas

Esto del amor no tiene lógica alguna y mi historia lo demuestra.

Nací casada o casi.

Con el paso de los años interioricé que, tal como decía mi madre, yo merecía algo mejor que aquel entregado hombretón.

La vida, siempre traviesa, puso a mi disposición un joven guapo y enamorado, así decidí separarme.

Con grandes remordimientos expuse a mi marido la situación intentando no herirle más de lo necesario, pero ante mi estupor, se mostró de acuerdo en todo y me deseó mucha suerte.

En mismo instante, sin razón aparente alguna, mi joven amante me pareció un gilipollas y la vida a su lado un espanto.

Desde entonces ando, como poseída, intentando reconquistar a mi viejo amor que, por el momento, parece encantado con su inesperada soltería.

El que lo entienda, que lo compre.



desasosegada