domingo, 19 de octubre de 2014

Después

A menudo se siente perdido. O mejor, claramente se pierde.

Puede pasarle durante un paseo, o en medio de un pensamiento, pero lo más embarazoso es cuando le sucede en plena conversación con alguien.

Sin avisar, en medio de una frase, sutilmente se instala el vacío. Se queda en blanco; de pronto no sabe lo que estaba diciendo, ni por que le miran atentamente primero y confusos después sus interlocutores. No es un recurso dialéctico para atrapar la atención de sus oyentes.

Definitivamente está perdido ¿de qué estaba hablando?

Lo mejor sería poner cara de circunstancias, disculparse y salir por piernas.

Cuando intenta poner en práctica su idea, las piernas no le responden. Está inmovilizado. Intenta entonces tocarse las piernas pero sus manos tampoco se mueven. Esto ya no es embarazoso, es el pánico lo que empieza a dominarle.

Y en ese momento recuerda: el intenso dolor en el lado izquierdo, la falta de aire, el golpe contra el suelo, l a oscuridad...

Palabras compartidas

2 comentarios:

  1. Corrígeme, si me equivoco, pero creo que describes la linde entre la vida y la muerte. Es un tema literario muy jugoso. YO de hecho acabo de terminar recientemente una novela ambientada en esa frontera. Saludos "Palabras"

    ResponderEliminar
  2. Visualizo con claridad los síntomas de un accidente cerebro vascular en toda regla o un estadio inicial de demencia, también puede verse como la linde entre la vida y la muerte, sin duda. Se muere de muchas maneras, incluso hay quien lo hace dos veces. Saludos.

    ResponderEliminar