miércoles, 10 de septiembre de 2014

Libre

Nunca pensó que seria como fué.

Cuando le dieron la noticia lo primero que se le ocurrió fué salir corriendo y gritarlo a los cuatro vientos. ¡ Soy libre...!

Pero solo ella lo sabía. Nadie se tenía que enterar.

El peso de su conciencia le pudo y se dirigió donde nunca tenía que haber ido.

Allí estaba su carcelero. Su amado torturador, el que le dió todo, y le quitó su más preciada intimidad. Tirado como una piltrafa, un cuerpo inerte, al que podia ultrajar y humillar como a ella le ocurriera tantas otras veces. Sinembargo le levantó como pudo y sin pensarlo dos veces se lo llevó donde siempre tenía que haber estado.

Acabó sus dias al lado de sus seres más queridos.

Y le llegó al fin su libertad.

Ánimas.

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