jueves, 20 de junio de 2013

Crónicas marcianas

El miedo es un sentimiento muy marciano. Por eso los habitantes de este planeta rojo vivimos en ciudades subterráneas. Cuando, hace tiempo, iniciamos nuestra exploración espacial, empezamos visitando al no muy lejano planeta azul. Desde nuestras naves vimos a sus habitantes matarse encarnizadamente en diversos lugares. Alarmados, decidimos olvidarnos de semejantes vecinos, pero poco después empezaron a llegar desde allí objetos no tripulados y percibimos que nuestro hogar estaba siendo observado y fotografiado. Espantados, decidimos excavar profundas galerías y vivir bajo la superficie. Nuestra esperanza es que, mientras nosotros nos armamos, ellos se convenzan de que en nuestro planeta no hay vida y, si deciden venir, lo hagan desprevenidos. Entonces conocerán un sentimiento que nos caracteriza aún más que el miedo, el sentimiento que ha hecho que nuestro planeta, que también un día fue azul, sea hoy un desierto rojo. Entonces conocerán nuestra cólera.

El Man co del Espanto

martes, 18 de junio de 2013

Nautilus Caribe Mix

La sirena cautiva vomita pulpos de siete patas en la taza del váter e intenta recolocarse las bragas antes de que Ulises, hooligan del sexo, pueda aprovecharse de ella si la ve en ese estado. Fuera, el resto de criaturas se mantiene en pie gracias al ron, las rayas de sal y las algas alucinógenas. La gorgona Medusa, con la lengua fuera, baila lasciva sobre la mesa, el malparido Leviatán macho, vil asesino, fuma la mejor hierba del abismo, el arponero Ned tambaleándose, juega a los dardos. A los mandos de la nave, atiborrado de pastillas, el mismísimo Capitán Nemo, con la música a tope, gira el timón directo hacia las rocas.

Montesinadas

Mi espejito mágico

Hay quien hereda una mansión en la Toscana. Yo no, mi familia es de otra categoría y me legó, por todo patrimonio, un espejo de mano.
Me hubiera encantado que fuera mágico y adivinador, pero por más que le pregunté: ¿espejito, espejito, quien es la más guapa de la clase? ¿qué caerá en la selectividad? ¿me echará los tejos Jorge?, el muy taimado, siempre contestó con un silencio cobarde.
 Pero el tiempo nos ha reconciliado y ha terminado convirtiéndolo en un compañero de viaje.
¡Imagínense! la misma superficie que vio como me colocaba un rizo rebelde el día de mi boda, me ha visto peinar canas. Me ha reflejado llorando de risa y de rabia y de pena y seguramente contemplará mi imagen el día que tire la toalla.
Hubiera preferido un soplo sobre los números premiados de la lotería, pero reconocerán conmigo, que obligarme a mirar de frente los cambios que en mí se van produciendo, también tiene su mérito.
 Y luego habrá quien diga que eso no es magia.

desasosegada

domingo, 16 de junio de 2013

El trovador urbano, la peluquera y el regalo sorpresa

Siempre había querido sorprenderla el día de su cumpleaños con algo especial, pero ya estaba todo inventado: flores, perfume, cena a la luz de las velas... Ese año se atrevería. A menudo, cuando pasaban por ese punto de la autovía, ella decía: "¡Qué romántico que alguien te declare su amor en un grafiti!". Había un paso elevado, y sobre el dintel, en letras garabateadas en negro, se leía: "Te kiero churri!". La ejecución premeditada de tan sublime acto le parecía digna de todo un héroe romántico. Se imaginaba cómo habría llegado allí, con el corazón agitado, a oscuras, en una noche de luna, por qué no. Entonces, sacaría su bote de spray y se colgaría de aquel puente decidido a firmar el manifiesto de amor más arrebatador de todos los tiempos. Al día siguiente, llevaría a pasear a "su churri" la peluquera en moto y, al pasar por allí, le diría: "Mira arriba". Ella se sonreiría y apretaría aún más contra el cuerpo de su valiente y romántico novi o. Y llegó la víspera. Compró un bote de spray, rojo pasión, se hizo con un arnés, esperó al anochecer: "Voy a por tabaco”. Y una vez allí, recordó que tenía miedo a las alturas. “Un fin de semana en un spa le gustará. Ya no somos unos niños".