jueves, 7 de noviembre de 2013

ORO Y DIAMANTES

María se miró al espejo y sonrió. Su mísera felicidad de pobreza absoluta contrastaba con la tristeza opulenta de su vecina.

–Te cubriré con oro y diamantes –escuchó un día.

Menos mal que no se lo dijeron a ella.

–Contigo, pan y cebolla –sí le dijeron.

Ella aceptó y no se arrepintió. A solas, su vecina lloraba.



Fernando da Casa de Cantos

1 comentario:

  1. Para mí que esa vecina era la mujer de Bárcenas.

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