Y nunca le recordaba lo que no se debía contar para evitar la vergüenza de la memoria y el dolor del miedo a que se repitiera el desafortunado accidente.
Por eso, y para que pudiera gestionar sus fantasmas, cada vez que le daba a su hermano el revólver para comenzar el numero de puntería, revisaba que las balas fueran de fogueo y que su madre no eligiera, de nuevo, un hombre del publico parecido a su papa.
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Montesinadas
Por eso, y para que pudiera gestionar sus fantasmas, cada vez que le daba a su hermano el revólver para comenzar el numero de puntería, revisaba que las balas fueran de fogueo y que su madre no eligiera, de nuevo, un hombre del publico parecido a su papa.
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