domingo, 6 de octubre de 2013

Pequeñas Antillas



Plantaciones de cacao, caña de azúcar y oro verde (banana)…tránsito por las calles estrechitas de adoquines infectos, blenorrágico. En la plaza del pescao, Zanba el demonio juega al Kou Kou djèdjè…letras quemadas leídas en papel limón con estupefacción…los almacenes con tejados de aguilón de curaÇao permanecen tapiados con un rito sangriento. En sus puertas coloreadas de ténebre oscuridad, los aires ventean huracanados. Asusta el temblor, el eco indeciso, unánime imagen de recelo. Las aguas altivas de los mares se alzan empuñando lengua asesina que engulle a sus presas, devolviéndola a las fauces de sus orígenes más ancestrales.

Antes de la rebelión los fantasmas duppies ofrecen “un petit marronage” a los criollos prietos, blancos o trigueños que bailan y componen músicas con viejos barriles de petróleo, con patas de conejo en las bocas y gallinas descuartizadas.

Se mestizan los cacerolas de acero ( steel pan) con el soca, raggasoca y calipso…el cimarrón vocifera un papiamento isleño, prenden las hogueras y los poseídos, desnudados por mister Vaudou, enloquecen y gozan de sus flácidas carnes grotescas, pigmentadas de lujuria. Satíricos miembros ere

Kim Bertran Canut

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