sábado, 21 de septiembre de 2013

EL PRINCIPE AZUL

—Si yo fuera tu marido no podría mirar a otra —Y sus brazos rodearon mi cuello.

—Si yo fuera tu marido te adoraría de día y te amaría de noche —Y sus labios me besaron.

—Si yo fuera tu marido daría consuelo, y no reproches, a tus llantos — Y sus manos me desnudaron.

Ese era el amor que ofrecía a Eva.

Y a Julia.

Y a María.



DavidRubio

0 comentarios:

Publicar un comentario