viernes, 28 de junio de 2013

Los caprichos del mar

Hay quién no sabe donde dejo la niñez; yo sí, la mía quedó varada en la arena de esa playa; un día olvidé definitivamente el cubo y la pala y partí hacia la vida, sin mirar atrás.
Mar colega, mar amigo.
Ese mismo mar que me mece cariñoso, se torna bravo, amenazante e inhóspito y se traga, si así se le antoja, las ilusiones y las esperanzas de los que osan desafiarlo.
Después de triturar en sus fieras fauces lo que quiere,  se acerca a la playa manso e inocente y vuelve a jugar con los niños

desasosegada

1 comentario:

  1. La melancolía del mar de nuestra niñez... me hago viejo, me has echo echar una lagrimilla. Muy bueno.

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