sábado, 29 de septiembre de 2012

La prisión

La mujer, asfixiada bajo la basta tela, se paró frente la estación de policía para recuperar el resuello. Su hijo se paró a su lado. La mujer vio el pequeño ventanuco del calabozo. Dos barrotes lo cruzaban. El prisionero tenía cuatro porciones de dos palmos cuadrados de cielo azul para mirar. Se le escapó un gemido.
-¿Te da pena el preso, mamá?
Miró al niño a través de los cientos de minúsculos cuadritos del burka.
-Sí, hijo, mucha.
No se atrevió a decirle que no era pena. Era... envidia.

Hank66


viernes, 28 de septiembre de 2012

Olvidos perdonables...

A Miguel Hernandez
-Aguarde Sargento! Suprima ese nombre de la lista... Ah! y no tema por su propia conciencia, que con los años solo le quedarán trazos de memoria, olvidos perdonables a un soldado en tiempos de guerra.
Y mi cobarde mano borró aquel nombre de la libertad, condenando a muerte su poesía.
Vicente Puchol


jueves, 27 de septiembre de 2012

Ecuación Natural

Justo cuando la luna menguante se situó en medio del cielo a la salida del sol,
todo quedó matemáticamente en su sitio,

La tramontana en complicidad con vientos del sur, crearon un fantasma en el aire, nube negra y blanca, tormenta que anularía la canícula.

Ese mismo día la flora y toda la variedad de fauna estaba exactamete en su su salsa.

arena


Esoterismo eficaz

Al tomar un baño de luz entre el sol naciente y la luna menguante,

Salían de sus ojos destellos de purpurina plateada y polvo de oro. Llenó una cajita de cristal de roca, detectora de auras, en forma de cono, y la mandó con un beso de hada
a uno que medio sapo y medio insecto se declara.

El fantástico resultado fué... para olvidarlo.

arena


miércoles, 26 de septiembre de 2012

En el momento justo

Con una precisión de cirujano fué hilvanando, con la justa antelación, las palabras exactas que pudieran herirla. Apoyados en la barandilla del piso nuevo, bajo la sombra del toldo, dejó cuajar el impulso postergado de decirle, justo ahora, con su dimisión aceptada, que la dejaba.

Por insoportable. No dejó ni tan siquiera la esperanza de que fuera por otra mujer. Sin marcha atrás.

Albada


Un mundo raro

¡Ya no recuerda ni mi nombre!
Por suerte, yo sí me acuerdo de aquellas historias en blanco y negro, en hambre y sepia con las que nos entretenía en las noches de invierno. En ese tiempo nosotros aún éramos niños y ella aún era humana.
Hoy, perdida en la niebla del tiempo mira a su alrededor sin reconocer a nadie... y sonríe beatífica.
Yo no sé si queda alguna lucidez en su mundo de nubes, espero que no, porque su reino ya no es de este mundo.

desasosegada

martes, 25 de septiembre de 2012

Piedad contenida

Era una mujer muy piadosa. Acudía todas las mañanas a la iglesia y el párroco la tenía en gran consideración. Confesó al sacerdote que había mantenido una antigua y maravillosa relación con un hombre casado y que no se arrepentía.
¿Que no se arrepiente? ¿y cómo espera, alma de Dios, que le dé la absolución? Por cierto, ¿fue duradera aquella relación?
La relación a la que me refiero, duró unos cinco minutos, aunque, a decir verdad, llevo más de treinta años con él. Es mi marido.

country49


Ocaso

Recorro hoy las mismas aceras y los mismos parques que recorrimos juntos aquel largo día de invierno.

Mientras maldigo al azar que me ha arrastrado a calcar aquellos pasos ya casi olvidados, mantengo la vista clavada en el suelo, para evitar, al menos, que la luz del atardecer me susurre que ya nunca volveremos a ser los mismos.

Cronopio

Vampiros

Mañana moriré, no sin antes advertiros de mi terrible imprudencia. Durante siglos, cientos de vampiros hemos salido cada noche a libar el elixir de los humanos, pero oídlo y recordadlo para siempre: Jamás chupéis la sangre de un político español, su veneno carece de antídoto.


Vicente Puchol


lunes, 24 de septiembre de 2012

Pájaro de mal agüero

Sobre la señal que indicaba la salida 47, vio posarse un inmenso buitre. Puso el intermitente y redujo a tercera. Nunca llegó a su destino.

muskita


Amagos de insomnio

Antes dormía a pierna suelta, pero una noche se coló por entre los pliegues de mi sábana y lo impregnó todo. Algunas noches, me ataca el insomnio y sé que es por miedo a olvidar su olor. Abro entonces la ventana y respiro bien profundo hasta llenarme de mar. Caigo entonces en un sueño profundo como eco de caracola.

Frustración

Petrificados quedaron los castillos cuando vieron que una ola destruía a los niños de arena. http://microseñalesdehumo.blogspot.com

domingo, 23 de septiembre de 2012

Volver a la realidad

La gallina atravesó rauda el puente, el collar entre las plumas cabriolaba en la noche mientras el príncipe, confundido por la huída, escuchaba dar las doce acariciando un zapatito de cristal.
-Deja de soñar Clotilde, le cacareó un gallo de ojos lascivos a puntito de enfilarla.


Vicente Puchol


En un cuartito de hostal

Encontraron un cuartito en un hostal de medio pelo, al final de un pasillo vestido con una alfombra amortiguadora de tacones y cargada de ácaros y pasos olvidados.

Y allí, donde jamás había llegado el viento álgido del amor real, se entregaban todos los jueves al delirio de navegar entre azahares recogidos de naufragios imposibles de rescatar.
Sólo allí conseguían desatar los nudos de la garganta de sus anodinas vidas, sus escarceos con la muerte y sus ansias de vida por degustar.
Albada

Sonrisa de hierro

Se puso brackets para mejorar su sonrisa, ¿las veces que sonrió antes no fueron buenas? Sube al tren y mira sin ver por la ventanilla. Un reflejo en el cristal y abre la boca como el caballo regalado al que mira el diente, su sonrisa de hierro está ahí, se apea en su estación. Mañana quizá le gustaría otro destino o podría no importarle o incluso desear el de siempre, solo ha empezado por cambiar su sonrisa, eso ha supuesto tanto como cambiar de la línea regional a la de largas distancias.
La mujer biónica