"Aparta de mí este cáliz, mi inevitable victoria con su cruel carga de responsabilidad, no permitas que oiga el llanto y crujir de dientes de los millones que serán arrojados a las tinieblas, no dejes que pruebe la amarga hiel de despojar la riqueza de tantos para concentrarla, por su bien, en nuestras manos. Pero hágase tu voluntad, más allá de este mi suplicio terrenal." (Tras la plegaria, un misericordioso rayo se apiada del candidato ganador. El Señor es grande y misericordioso. Con todos). tapia
Espacio de creación de microrrelatos,
cuentos cortos y otras formas de
literatura breve, al acceso de cualquiera.
sábado, 19 de noviembre de 2011
Misa electoral
Aunque la campaña había acabado oficialmente, los elegidos de dios para difundir su palabra, seguían sembrando en aras de que el arbol que les daba alimento y sombra, creciera fuerte y sano. La hostia venía dentro de unos sobres electorales. Que fueron entregados al salir, junto a una gran sonrisa evangelizadora.
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viernes, 18 de noviembre de 2011
Zzzzzzzzzz
El candidato y previsible ganador de las elecciones obedeció a regañadientes a sus asesores, y dedicó el día anterior a los comicios a reflexionar.
Comoquiera que no era muy dado a tamaños esfuerzos mentales, entró en un profundo trance que le mantuvo placenteramente dormido hasta bien entrada la legislatura.
Nadie se percató.
Cronopio
Comoquiera que no era muy dado a tamaños esfuerzos mentales, entró en un profundo trance que le mantuvo placenteramente dormido hasta bien entrada la legislatura.
Nadie se percató.
Cronopio
jueves, 17 de noviembre de 2011
El sapo y la leche
El padre, un hombre con manos encallecidas de ordeñar cabras, se lo advirtió. Su hijo menor, Granillo le llamaban, había colocado la lechera sobre un piedra, debajo de la ubre de una cabra. ¡Se va a caer la cántara! Y así fue. La leche se precipitó por una costanilla abajo, salpicando a un sapo que dormitaba junto a un lodazal. Éste, lamió su lomo y con la retranca típica de un batracio, comentó con un croar alto: ¡Qué bien se lo pasan los mamíferos! country49
miércoles, 16 de noviembre de 2011
Una vez más
Una vez más, vuelvo la vista ante lo intolerable. Una vez más, recurro a lo banal, a la cobarde salida por el plano de menor resistencia. Una vez más, carcomido por el remordimiento, la angustia por la inutilidad del gesto, la intrascendencia de todo esto. Una vez más, reprimo el grito de rabia que me hierve, el acto que confiere sentido. Una vez más, plasmo aquí un grotesco texto inconsecuente. Una vez más. Y no más. tapia
Sexto sentido
Siempre tuve en mi boca la prueba de sus actos cuando no estaba conmigo.
Si sentía reseco el paladar y amarga la lengua sabía que él preparaba la correspondencia privada en su despacho. Un aumento de calor en los labios y un regusto de café me indicaba que hacía una pausa en la máquina expendedora.
El día que me sorprendió con una sensación aceitosa que inundó mi boca de sabor a carmín lo esperé en la oscuridad del salón y nada más existió.
montse
Si sentía reseco el paladar y amarga la lengua sabía que él preparaba la correspondencia privada en su despacho. Un aumento de calor en los labios y un regusto de café me indicaba que hacía una pausa en la máquina expendedora.
El día que me sorprendió con una sensación aceitosa que inundó mi boca de sabor a carmín lo esperé en la oscuridad del salón y nada más existió.
montse
Actualización de la Tabla Periódica
El pleno iba a comenzar. Una alianza entre el Polonio y el Germanio, agriamente criticada y calificada de insolidaria por el grupo de Metales, mayoritario en la Tabla, amenazaba la posición del Francio, hasta ahora apoyado en los foros internacionales por el interesado Germanio. Los No-Metales y el Partido Noble discutían acaloradamente sus condiciones, mientras los elementos raros del Grupo Mixto, se disponían a librar otra batalla perdida. La votación se realizó a puerta cerrada. En la prensa del día siguiente, un satisfecho Germanio ocupaba todas las portadas. mj
Asumiendo riesgos
Fue tanta la crispación y el dolor de nuestro final, que confundí tranquilidad con felicidad.
Así que seguí adelante "sin pena, ni gloria", dichosa por serena.
Pero la vida, que urde sus trampas sin nuestro consentimiento, te coló en mi corazón, trastocando mis planes.
Y todo volvió a empezar; otra vez la pasión y la magia a la que siguió la costumbre y el aburrimiento para llegar al cansancio y al final, la soledad.
Algo aprendí en el trayecto; se puede subsistir sin riesgo, pero "eso" no es vida.
Así que seguí adelante "sin pena, ni gloria", dichosa por serena.
Pero la vida, que urde sus trampas sin nuestro consentimiento, te coló en mi corazón, trastocando mis planes.
Y todo volvió a empezar; otra vez la pasión y la magia a la que siguió la costumbre y el aburrimiento para llegar al cansancio y al final, la soledad.
Algo aprendí en el trayecto; se puede subsistir sin riesgo, pero "eso" no es vida.
desasosegada
martes, 15 de noviembre de 2011
Pulsiones
Entró al vagón y se sentó. De inmediato empezó a zaherir con voz gritona de borracho a la chica sentada enfrente de él. Y a emitir silbidos de una enorme flauta coloreada que portaba. Al rato, sin poder soportarlo más, me levanté y le inflé a hostias, y le rompí la puta flauta contra su cabeza emboinada. Mentalmente y debido a que estoy como una cuba, claro, porque cuando no bebo o estoy psicodélico soy un tipo tímido, más incluso que la pobre chica.
Cristina
Cristina
Inmunda rata de mis amores
Lejanos y soñadores horizontes que me desorbitan de tan lejanos. Mar azul que rebosa mis sentidos y se derrama en mancha tan añil que ni con el Shout elimino. Naturaleza sabia que brinca, inconsciente y flipante, de flor en flor y tiro porque me toca. Rata inmunda, perro rabioso, virus aviar, nubes informes, lluvia de barro, brisa que me abrasa, cuando no toca, con calores de infierno. Mundo cruel, peñazo fiel, quiero que seas, hasta el fin de los fines, el ansiado objeto de mis amores. tapia
Del Negro al Rosa
Mientras alimento, febril, mi lado oscuro, acercas, hasta fundir mis miedos, tu gentil rostro y, con insolente cotidianidad, me rescatas mientras me ciñes con tu prístina mano (sin atisbo de poética prosa) tu cómplice sonrisa (como quien no quiere la cosa) tu magia sin trampa (mis pulsiones, del negro al rosa). tapia
La trapecista enamorada
Mi caravana y mi chico son mi única patria ¡son gajes del circo!
Pero... subida al trapecio, a la luz de los focos, no hay nadie más feliz que yo; una doble pirueta y sus manos me sostienen ingrávida en el aire ¡Que maravilla!
Todo ese precario equilibrio se truncó cuando le vi abrazado a aquella rubia.
Al día siguiente, en el salto mortal, rocé sus manos sin asirlas y caí al vacío, entre chillidos de espectadores.
Mi novio no logró convencer al juez de que había accionado la red, como todos los días, lástima de muchacho.
Pero... subida al trapecio, a la luz de los focos, no hay nadie más feliz que yo; una doble pirueta y sus manos me sostienen ingrávida en el aire ¡Que maravilla!
Todo ese precario equilibrio se truncó cuando le vi abrazado a aquella rubia.
Al día siguiente, en el salto mortal, rocé sus manos sin asirlas y caí al vacío, entre chillidos de espectadores.
Mi novio no logró convencer al juez de que había accionado la red, como todos los días, lástima de muchacho.
desasosegada
La danza
Puesto he, se diría, precio a mi sentío al verte danzar al son de la canícula, de aromoso viento plena tu oscura guedeja, de mil augurios tu triángulo de amor vestido; quiéreme ahora que tengo reja en el pecho, doloroso aliento y azar sin son... nadie soy, vine a requerirte, a herirte de amor y no vuelvo porque nada me queda sino yugo de inalacanzable anhelo... Baila, otra vez, ahora... por ahora... Givenra
Sedal
Sus ojos roban mi atención, me sustraen de la realidad y troquelan mi voluntad.
Su mirada, diáfana, se amarra a la mía, la desguaza y la reconstruye, la descongela y la hace hervir, sin contemplaciones.
Nunca sabrá mi nombre y tal vez yo nunca sepa el suyo, pero hoy me ha regalado un hilo invisible, y no he podido evitar enredarme en él.
Cronopio
Su mirada, diáfana, se amarra a la mía, la desguaza y la reconstruye, la descongela y la hace hervir, sin contemplaciones.
Nunca sabrá mi nombre y tal vez yo nunca sepa el suyo, pero hoy me ha regalado un hilo invisible, y no he podido evitar enredarme en él.
Cronopio
lunes, 14 de noviembre de 2011
Su ineludible hálito
Siento su aliento. Muy cerca. En un instante, me hinche una súbita onda expansiva que rebosa mis pulmones y mi corazón, hasta alcanzar y saturar todos mis núcleos cerebrales. Sin mediar espanto ni dolor, mi alma se desprende del cuerpo e inicia una suave danza ritual, intrincadamente entrelazada con etéreos rostros familiares. El tiempo se desvanece inexorablemente, arrastrando en su aniquilación la danza sin música y los rostros sin cuerpo. Toda percepción se disipa. Excepto la de su hálito. tapia
Sombras.
Desde aquel día sé que las sombras tienen poder.
Poder de asustarnos, de atraernos, de cobijarse con nosotros bajo una manta caliente. De escupirnos al frío helado de una noche decembrina.
Tienen poder....las sombras. Lenita
Poder de asustarnos, de atraernos, de cobijarse con nosotros bajo una manta caliente. De escupirnos al frío helado de una noche decembrina.
Tienen poder....las sombras. Lenita
El mercado de palabras
Estaba instalado en la plaza y en sus puestos, las palabras bullían en cestos y platillos. Se detuvo curioso en los que vendían jerga y palabras raras, y en el de palabras creadoras de realidad, donde se ofrecían grandes descuentos. Las palabras oscuras, con sus sinónimos, estaban en promoción, pero el puesto más solicitado era el de palabras huecas y ambiguas. Titubeó ante las metáforas, pero al fin se decidió por una docena de palabras mágicas, media de palabras divinas y una bellísima perífrasis. Creía que sería suficiente para escribir un conjuro de amor. mj
domingo, 13 de noviembre de 2011
Il Caimano
Redactaba con esmero su autobiografía. Sería un pilar fundamental de su próxima campaña, por lo que ponía especial cuidado en darle una pátina convincente y veraz. De pronto, notó un brutal golpe en el occipucio, acompañado de una luz cegadora, un ruido ensordecedor y un penetrante olor a azufre. Después, oscuridad y silencio. Acababa de escribir "que me parta un rayo si miento". Instantes después, recuperó el sentido y su sonrisa maliciosa. Ni siquiera el cielo sabía que él era inmortal. tapia
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