El hacedor de discursos bellos

Las palabras fluían con tanta ligereza de las puntas de sus dedos, que transformaban pequeños trocitos de roca en todo un universo. Y tanto se entregaba en cada línea, que sus historias cautivaban y atraían (y hasta enamoraban). Sus detractores, (que los tenía) opinaban que lo hacía mal, muy mal. Nunca les hizo caso, pero un día, quiso explicarles su verdad y convencerlos. Ese día, su discurso entero cambió, dejó de gustar y sus palabras ya nunca más volvieron a cautivar, a atraer ni a enamorar.

mirina

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El poder de la mente

Desde el alba hasta donde los cuerpos no pueden más, estuvimos jugando a todo lo que osamos emprender y fuimos muy atrevidos. Al salir por la puerta lo hicimos de la mano, como siempre. Arreglados, perfumados e impolutos. La presencia era ficticia. Nosotros residíamos todavía en nuestros juegos, llenos el uno del otro, prolongando aquello que nuestros cuerpos no habían podido terminar.
Ese fue el ejemplo que puse a todos aquellos que asistieron al discurso sobre el extraordinario poder mental.

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Ironías

Sí, tal vez fue una simple carcajada. Pero sonora y punzante. Desestabilizadora en su impetuosidad, fue una risa empapada de ecos de cambio. Se desbordó por las comisuras de tus labios e impregnó, en breves segundos, el pequeño espacio que nos separaba, con su repiqueteo inconstante y efímero. Fue una carcajada definitoria de una decisión que llevabas ya tiempo madurando. Ahora lo entiendo. Demasiado tarde quizás. Entonces creí simple e ingenuamente, que te había hecho reir.

Cronopio

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Palabra de Jefe

Quedó visto para sentencia el último caso del Juicio Final. Todas las criaturas contemplaban a Dios desde la explanada universal improvisada a ese fin.

Comprobó el micrófono de almas y conectó el proyector histórico-holográfico. Parecía que iba a comenzar cuando de pronto se detuvo y observándolos con compasión dijo:

-Anda, vamos todos para Arriba que hemos preparado una fiesta. No es momento de discursos. Tenemos todo el tiempo del mundo para hablar personalmente-

Eso si que es un jefe.

Alsquare

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EL DISCURSO

Subió al estrado y comenzó su previsible discurso anual.
De pronto se quedó en blanco: todos nos miramos agobiados, sin saber que hacer.
Pasaron cinco insoportables minutos sin que nada ocurriera, luego se aclaro la voz y dijo: "Todos ustedes señores, son empleados míos. Por eso me he tomado la libertad de reunirles para realizar para esta decepcionante prueba. Mi salud exige reposo así que estoy buscando un sucesor, obviamente la persona que necesito no se encuentra entre ustedes"


desasosegada

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No es lo mismo...

No es lo mismo

-¡Por que disfrutes de un feliz día internacional de la mujer!-

que

-¡Por la mujer internacional... que disfrute de un día feliz!-

o incluso que

-Disfruta feliz de La Internacional por un día, ¡mujer!-

En todo caso me uno a la felicitación. O a las tres.

alsquare

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8 de marzo

A las cuentistas, creadoras, relatistas (micro, mini, nano, etc.), literatas, escritoras, poetas. Señoras, señoritas, damas, tías, currelantas, amigas. A todas las compañeras de este sitio, GRACIAS.

FELIZ DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

Los varoncitos de por aquí

eglon82

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Todo está permitido

En la guerra aprendió que la afirmación era falsa. Cuando cayó en sus manos un enemigo, cautivo y desarmado (porque pertenecía al ejército victorioso, faltaba más), se dio cuenta que, como él, era carne mortal. Otro mandado. Que podía apetecerle tabaco, que podía aflojarle las ataduras. Incluso intercambiar algunas palabras para reconocerse como iguales.

Pero en el amor...


eglon82

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Carcajadas

Me apunté a aquel curso de risoterapia por aburrimiento.
Pasé un mes simulando gorgojeos con apariencia de risa, hasta que un buen día pensé ¿Qué hago yo aquí, simulando alegría? y decidida me despedí.
Ya en la calle, me volví a mirar el anuncio del curso y me golpeé contra una farola, el chico que venía de frente no pudo reprimir las carcajadas y terminó contagiándome.
Con la nariz roja y la risa floja nos fuimos de cañas.
Hoy hace tres años que vivimos juntos y seguimos riéndonos de la vida.



desasosegada

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Emergencia

La patrulla acudió a la llamada. Un inquilino alertaba de un tumulto en el edificio. No había golpes ni disparos pero los gritos iban en aumento. Dos mujeres discutían acaloradamente. Los policías volaron escalera arriba. Apostados a ambos lados de la puerta, aun jadeantes, se miraron antes de la patada a la cerradura.

Hallaron a la sorda abuela, embelesada en la telenovela. Cordialmente ofreció un café a los agentes. Se levantó y divisaron en el sofá el mando de la tele. Bajaron el volumen.

Alsquare

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